¿Quién escribió la historia?

¿Es posible que puedan borrar o cambiar nuestra forma de vida? Lo que sabemos de nuestra vida y nuestra cultura está enmarcado en lo que conocemos de la historia. Así que para borrar nuestra cultura, habría que borrar o cambiar también la historia. Te dejo un video de mi canal Leo. El observador 2022, para resumirte un poco este tema.





Analicemos cómo se escribió la historia

Algo que no se cuestiona nunca al hablar de historia, es saber quiénes y cómo escribieron el relato sobre la humanidad que todos conocemos, de esta manera podríamos saber si se puede hacer en la actualidad

Cuando pensamos en la historia, tendemos a imaginar que se trata de un continuo de conocimientos que se va trasladando de generación en generación, que se van acumulando libros contemporáneos a los hechos que relatan y que cada tanto se descubre algo que confirma o rectifica lo que ya se sabía de la humanidad.


Joseph Justus Scaliger

La realidad dista mucho de esto que podemos imaginar. La historia se escribió toda junta a finales del 1500. Fue Joseph Justus Scaliger quien definió la cronología histórica que hoy conocemos. Y luego de él, el jesuita Denis Petavius y muchos otros continuaron agregando páginas, pero siempre sobre el mismo guión que estableció Scaliger.

Joseph Justus Scaliger

Parece ser que hasta ese momento, en Europa no se sabía nada del pasado, apenas eran conocidos por los eruditos algunos escritos griegos y romanos, pero nada más. Scaliger fue un francés que de pequeño aprendió latin con su padre, que era un italiano a quien le gustaba la historia y la literatura. Si bien estudió en algunas instituciones, Scaliger fue más bien un autodidacta que aprendió griego, hebreo y árabe. Lo que le permitió leer los libros de diferentes culturas, interpretarlos y generar una cronología global por primera vez. Es así que a finales del 1500 y principios del 1600 este hombre escribió sobre cosas que teóricamente habían sucedido miles de años atrás. 


¿De dónde obtuvo la información?

Parece ser que a partir del 1400 comenzaron a aparecer textos presuntamente antiguos que nadie había visto antes y que eran sospechosamente similares a textos escritos por escritores medievales. Además de la dudosa legitimidad de los documentos, es necesario aclarar que las fechas que figuraban en ellos no eran las correspondientes al calendario gregoriano, sino a distintos calendarios que podían variar hasta en 2000 años uno de otro. Algunos textos situaban el año cero en la fundación de Roma (para la que de por sí hay más de una fecha), otros el año cero lo adjudicaban a la creación del mundo, otros tantos al inicio de una u otra dinastía egipcia y así, cada relato, tenía una datación acorde a su contexto, lo que hacía prácticamente imposible emparejarlas. Por este motivo el mismo evento podía figurar en dos escritos distintos con fechas de más de mil años de diferencia. 


Otro problema es que los escritos antiguos no incluían vocales, por lo cual lo que estos textos decían dependía de la persona que lo leyera. Cuando dos copistas los actualizaban agregándoles vocales para hacerlos más legibles, podía suceder por ejemplo que uno adjudicara el texto a Platón y otro a Pletón, uno de la Grecia antigua, y el otro del comienzo del renacimiento.



Y por si todo esto fuera poco, deberíamos tener en cuenta la buena o mala fe de esta gente, porque sabemos que la élite dominante de esos momentos, debía ajustar la historia a sus necesidades, principalmente a lo que necesitaba la iglesia para respaldar a la biblia. Por lo que todo lo que tenía que ver, por ejemplo, con Tartaria o los gigantes (de los cuales hablo en mis respectivos blogs), no tenía lugar en esta cronología, como mucho se lo podía catalogar como mitología antigua, no más que eso.



La oposición a Scaliger

De hecho hubo muchos historiadores, tanto contemporáneos a Scaliger como posteriores que estuvieron en desacuerdo con su cronología, diciendo que la mayoría eran fantasías inventadas. Uno de estos que se levantaron en contra de esta historia armada por Scaliger fue Isaac Newton, que en los últimos años de su vida escribió dos libros desacreditando aquella cronología, diciendo que se le habían agregado casi mil años que no existían. Sin embargo a estos libros de Newton no se le dieron trascendencia y fueron olvidados, Newton era un alquimista que tenía acceso a conocimientos ocultos, por lo cual su palabra en estos temas debe ser tomada en cuenta. Si nos adelantamos a tiempos más modernos, el matemático ruso Anatoly Fomenko y un grupo de investigadores, presentaron una nueva cronología que asevera que la historia es muy distinta a la que se cuenta en las escuelas y que es al menos mil años más corta que lo que nos dicen.


¿Por qué reescribirían la historia?

Ahora bien, ¿por qué una persona o grupo querría alterar la historia agregando al menos mil años? Tal vez porque era necesario justificar una serie de edificios en pie o acontecimientos del pasado, para que la gente no cuestionara la historia. Como les cuento en mis blogs de Tartaria y de los gigantes que fueron borrados del relato oficial, fue necesario inventar algo que cubriera ese hueco. 

Hay quienes dicen que fue en el 1600 cuando comenzó el último reseteo, reescribiendo la historia para darle un pasado distinto a las nuevas generaciones que repoblarían la tierra. 

Es así que cuando se habla de sucesos históricos de hace más de tresscientos años, hay que tener en cuenta que las fechas son relativas y que lo que interesa es comprender lo que ha pasado, independientemente de que haya sucedido hace 4000 o 500 años, ya que lo importante es lo que hagamos de aquí en más, lo que generemos en el presente para que el futuro no sea una repetición del pasado. 

Es de esta manera que vemos como se ha reescrito la historia sin problemas. Pero para que lo humanidad olvidara el pasado por completo, era necesario también borrar la mayor cantidad de rastros posibles que no encajaran en el nuevo relato. En el próximo punto te explicaré como hicieron esto.

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